La ciudad donde residen los presidentes estadounidense es otra América que poco recuerda a la neoyorquina. Desde Capitol Hill hasta el Cementerio de Arlington, pasando por el monumento de Washington y el Lincoln Memorial, todo en la ciudad de la Casablanca rezuma patriotismo. Las banderas hondean por decenas. Un mecanismo de control que parece haber funcionado a la perfección. A pesar de que las caras desencajadas de los soldados de piedra parecen gritar '¡Basta!' con desgarro, frases como 'Freedom is not free' producen un enorme pesimismo.
Sin embargo, Washington es una cuidad brillante y blanca, ordenada. Aunque el fin de semana los 'homeless' toman el centro, hay una sensación de riqueza que emana de los frondosos parques, los señoriales edificios y las interminables columnas. Con cuanto acierto retrata David Lynch este país...